La Organización Mundial de Salud (OMS) insiste en que incluso los países que han logrado detener la transmisión deben permanecer alerta ante la posibilidad de un rebrote.
Por Icíar Gutiérrez
España, 20 junio (ElDiario.es).- Las alarmas se han encendido por el nuevo brote de coronavirus detectado en un mercado de Pekín tras casi dos meses sin contagios, lanzando de nuevo al mundo el mensaje de que no todo está conseguido y hay que permanecer vigilantes. En Alemania, la industria cárnica vuelve a estar en el punto de mira tras un nuevo foco de infección en un matadero. La curva de contagios sigue en ascenso en Suecia, que ya ha contabilizado más de 5 mil fallecimientos, y en Nueva Zelanda, dos mujeres llegadas desde Reino Unido han vuelto a llevar el virus a un territorio que lo había conseguido eliminar, ilustrando algunos de los desafíos en plena reapertura al turismo en Europa.
Pocos países han centrado más las miradas esta semana que China, el primer lugar en el que se detectó el virus a finales de diciembre. Después de más de 50 días sin registrar ningún caso de transmisión local, Pekín ha confirmado alrededor de 200 contagios relacionados con un mercado mayorista de la capital. Las autoridades continúan haciendo pruebas a decenas de miles de personas y tratando de rastrear el origen de la infección, que aún no se conoce con certeza, pero insisten en que vino de fuera de la ciudad.
Una batería de medidas se ha acelerado en cuestión de días para frenar la propagación: se han cancelado vuelos de entrada y salida, se han suspendido las clases y en algunos complejos residenciales se ha ordenado el confinamiento de todos los vecinos, algunos de los cuales han entrado en pánico, según cuenta este reportaje de The Guardian. El jefe de epidemiología del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades chino ha dicho que el brote «está controlado» y asegura que la curva se irá aplanando poco a poco.
Pero los nuevos casos, para algunos expertos, suponen una amenaza para la narrativa oficial del éxito de China en su respuesta al virus. También tiene una fuerte carga simbólica, por haber ocurrido en su corazón político y económico. Muchos, además, ven en el brote y el cierre parcial de Pekín una señal al resto del mundo de cómo va a ser la nueva normalidad durante meses. La Organización Mundial de Salud (OMS) insiste en que incluso los países que han logrado detener la transmisión deben permanecer alerta ante la posibilidad de un rebrote. Para Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el nuevo foco de Pekín preocupa porque refleja «lo que podría pasar en cualquier país que consiga controlar la epidemia».
La aparición de nuevos grupos de casos tras conseguir contener el brote es también un quebradero de cabeza en Corea del Sur, porque las infecciones de la región de Seúl no disminuyen y, según los medios locales, el país está a las puertas de perder sus logros en la lucha contra el virus. Similar es la situación en Irán, que está viendo cómo sus contagios vuelven a repuntar, aunque a diferencia de Corea nunca bajó de las 800 infecciones diarias. El recuento iraní de casos confirmados de coronavirus ha superado los 200 mil este viernes. Tanto Corea como Irán están entre la decena de países donde, según hemos analizado en eldiario.es, los casos han vuelto a subir después de aplanar su curva.
Para Simón, la situación en el resto del mundo interesa ahora especialmente en España por conocer los riesgos «ante los movimientos de personas», en plena reapertura al turismo en Europa. Algunos países llevan la delantera a la hora de volver a recibir viajeros, como Croacia, Grecia e Italia, que busca estimular el turismo interior con un bono de hasta 500 euros. Aquí te contamos cómo lo están haciendo. En España damos ese paso este 21 de junio, con la reapertura de nuestras fronteras con los Estados miembros de la Unión Europea, incluido Reino Unido, y los países del espacio Schengen.
Con el riesgo de importar casos encima de la mesa, hemos echado un ojo a la situación de la pandemia en los principales países de los que proceden los millones de viajeros que vienen cada año a nuestro país. Reino Unido, Alemania, Francia e Italia son algunos de ellos. Reino Unido ha sido el que más ha tardado en aplanar su curva de contagios diarios y aún registra una media de más de 1.000 infecciones cada 24 horas. La evolución del virus ha sido más favorable en Francia, Italia y Alemania.
El país germano ha ocupado titulares en los últimos días después de que cientos de trabajadores de un matadero hayan dado positivo. Pero las autoridades alemanas, que dieron por controlado el virus en abril, llevan tiempo ya lidiando con varios grupos de casos en plantas de procesamiento de carne, y no solo en ellas, también en otros sitios como las instalaciones religiosas. Sin embargo, las condiciones de los trabajadores han vuelto a poner a la industria cárnica en el ojo del huracán. Lo cierto es que los lugares de trabajo con situaciones precarias en las que el virus se propaga con facilidad, como la dificultad para mantener la distancia, están siendo un foco importante de infección en países que han conseguido controlar la pandemia. En Canadá, Singapur o la propia Corea encontramos algunos ejemplos.
Entonces, ¿qué países preocupan más de cara a la reapertura al turismo? Además de Reino Unido, está el caso de Portugal, que tendrá que esperar hasta el 1 de julio para abrir su frontera con España, y Suecia. Como puedes ver en el gráfico de abajo, ambos registran el mayor número de infecciones en los últimos 14 días por cada millón de habitantes. De hecho, Suecia se ha quedado ya varias veces fuera del ambiente general de reapertura de fronteras, por ejemplo con sus vecinos nórdicos.
CASOS TOTALES Y EN 14 DÍAS POR DÍAS POR HABITANTES EN PAÍSES UE Y SCHENGEN
La curva de casos diarios en Suecia sigue al alza, con más de mil positivos nuevos al día. Las autoridades atribuyen el incremento a un aumento prolongado en las pruebas. Esta semana han superado las 5 mil muertes, un número muchas veces mayor que el resto de países nórdicos, pero menor que Reino Unido, Francia, España e Italia. El Gobierno sueco apostó desde el inicio por una estrategia más suave, con recomendaciones generales apelando a la responsabilidad individual. El modelo le ha acarreado numerosas críticas. Un dato más: un nuevo estudio muestra que solo alrededor del 6.1 por ciento de los suecos han desarrollado anticuerpos, muy por debajo de los niveles considerados suficientes para lograr la llamada inmunidad de rebaño, informa Reuters.
Desde la OMS ha llegado un nuevo toque de atención y vuelve a pedir a los países, así como a la población, que extremen la vigilancia. «El mundo se encuentra en una fase nueva y peligrosa», ha dicho su director general este viernes. «Es comprensible que muchas personas estén hartas de estar en sus hogares. Los países están comprensiblemente ansiosos por abrir sus sociedades y economía. Pero el virus aún se está propagando rápidamente, sigue siendo mortal y la mayoría de las personas aún son susceptibles».
La pandemia, insisten, se está acelerando. Solo este jueves se notificaron más de 150 mil nuevos casos de COVID-19 a la agencia de Naciones Unidas. Es la mayor cantidad en un solo día hasta ahora. Casi la mitad de esos casos fueron reportados desde América, y grandes cantidades también fueron registradas en el sur de Asia y Medio Oriente.
Uno de los mayores saltos los ha protagonizado Brasil, que ya ha superado el millón de casos detectados de coronavirus, el segundo país en hacerlo después de Estados Unidos, aunque los expertos dicen que el número real es probablemente mayor. Un enorme ritmo de nuevas infecciones diarias, con otro récord de casi 54 mil contagios más en 24 horas, ha impulsado este aumento.
Perú ya tiene más casos que Italia y en Chile, la curva de contagios se disparó a principios de mayo y ahora enfrentan la etapa más dura de la epidemia. Te contamos cómo algunas brigadas sanitarias autogestionadas están desinfectando barrios de Santiago. En el continente, americano la epidemia sigue aumentando, alerta la oficina regional de la OMS: «Y no estamos viendo que la transmisión disminuya. Ese es el caso en casi todos los países de América Latina y algunos en el Caribe».
Mientras, India volvió a registrar este viernes un nuevo récord de casos diarios, con 13 mil 500 infecciones adicionales en 24 horas. La alta densidad de población hace que los expertos lleven tiempo preocupados por que un brote sostenido de COVID-19 genere presión sobre su sistema sanitario. La flexibilización de algunas medidas de confinamiento continúa en gran parte del país después de un cierre prolongado y estricto. El estado sureño de Tamil Nadu ha impuesto fuertes restricciones en la ciudad de Chennai y los distritos circundantes hasta el 30 de junio ante nuevos brotes.
Es uno de los países que ha conseguido «eliminar» el coronavirus dentro de sus fronteras y ya lleva más de una semana sin restricciones en la vida diaria, aunque con un control aún muy estricto de las fronteras. Hablamos una vez más de Nueva Zelanda, porque hemos charlado con uno de los diseñadores de su estrategia, el epidemiólogo Michael Baker, para saber un poco más. Pero la buena racha de 24 días sin nuevas infecciones se ha interrumpido este martes, después de que dos mujeres llegadas desde Reino Unido hayan dado positivo. Esto es lo que pasó. La noticia ha caído como un jarro de agua fría en la isla, y la primera ministra ha encargado a los militares la vigilancia de los centros de cuarentena tras un «fallo inaceptable del sistema» que, dijo, «no debe pasar y no debe repetirse».
Ayer se celebró el Día del Refugiado y nos despedimos recordando que, según la OMS, esta población corre un riesgo particular de contagiarse con COVID-19 porque a menudo «tienen acceso limitado» a refugios adecuados, agua, nutrición, saneamiento y servicios sanitario. Existe preocupación por el riesgo de transmisión generalizada en los campos. Más del 80% de los refugiados y casi todos los desplazados internos del mundo están alojados en países de bajos y medianos ingresos. Según un informe del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, alrededor del 70% de los refugiados encuestados en Turquía informaron haber perdido sus empleos desde el comienzo de la pandemia.